31 de octubre de 2014

¡Ni comen, ni dejan comer!

“Si empiezas a echarme de menos recuerda que yo no me fui, tú me dejaste ir"

Anónimo.




Ya lo dice el refranero español, el perro del hortelano: aquella persona que ni come, ni deja comer. Pues imagínate si la persona que te ha dejado, es una de ellas. Y por lo visto, no solamente decide acabar con la relación, sino que además, se molesta si ve que eres capaz de rehacer tu vida, y eres feliz.  ¿Te suena verdad? Hablemos un poco más de este famoso caso.

Todos tenemos un familiar, amigo o conocido que decidió acabar con su relación al  que le oímos decir: “le he visto con otra persona, no quiero ni saber lo que hacen, ahora disfruta de lo que yo disfrutaba, etc.”, o puede que nosotros mismos nos hayamos visto en esa situación. Os presentamos pues a los conocidos cómo “el perro del hortelano”: ni comen, ni dejan comer.

No quieren estar con esa persona, pero tampoco quieren que nadie esté con su ex. Esto puede confundir a la ex pareja, y creer que hay posibilidad de volver a entablar la relación, pero el hecho de que el otro miembro pueda sentir celos o no quiera ver a su ex con otra persona, no significa que exista la opción de reanudar la vida en pareja. Cada persona es única y diferente por lo que el final de una relación se vive de infinitas maneras.


Entendemos que “la persona dejada” sienta esos celos y no quiera ver a su ex que ama o amaba con nadie más, pero, ¿Y el que decidió acabar con la relación? Ya que si anteriormente quiso a esa persona, debería, por lo tanto, desear la felicidad de su ex pareja, ya sea sola o acompañada. Entonces, ¿Por qué siente esos celos y esa necesidad de poseer todavía la vida de la otra persona? ¿Por qué sigue queriendo que sólo sea para sí mismo? ¿Acaso queremos lo que no tenemos?

Uno de los procesos de una ruptura es la posesión por la otra persona. Dejar de sentirlo tuyo. Brenda Callejas, psicóloga, afirma que uno de los aspectos que más cuesta superar es el de la posesión: Cuando una pareja decide disolver el compromiso que se tiene, lo más complejo de superar es darse cuenta de que a partir del momento en que se ha decidido alejarse uno del otro, cualquiera de los dos tiene derecho a establecer intimidad o de rehacer su vida amorosa”. Además, afirma que: El sentimiento de posesión tarda bastante en irse y es un sentimiento muy fuerte con el que se debe luchar sobre todo los primeros meses, aunque la decisión haya sido de mutuo acuerdo”.

No nos podemos olvidar, que tras una ruptura es necesaria la elaboración del  “duelo”,  para dejar lo que ya no está y abrirse a las situaciones nuevas. Han de dejar el desenganche emocional (que no amoroso) que ya no existe entre ambos, o en uno de los miembros de la pareja. Todo este proceso conlleva tiempo de adaptación; dejar de pensar en la relación anterior y adaptarse a la situación actual: reconocer que ya no estamos con esa persona, y empezar a pensar en nosotros mismos. Es por eso que en algunos casos, puedan seguir existiendo esos celos o posesión por parte de la ex pareja, que le cueste ver al otro feliz, o compartiendo su vida con alguien.


Finalmente, ¿Os ha recordado a alguna experiencia cercana? ¿Tenéis una persona próxima que ni come ni deja comer? Si queréis compartir vuestra experiencia con nosotros, dejar algún comentario o sugerencia, o resolver cualquier duda que tengáis, recordad que tenéis disponible el email sexspeakers@gmail.com, y estaremos encantados de resolver vuestras inquietudes. Síguenos en las redes sociales. ¡Esperamos vuestros comentarios!

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